Competencias Docentes

De entrada, mi perfil profesional está un tanto cuanto alejado de la docencia y de las materias que ordinariamente he impartido en mi centro de trabajo. Soy Licenciada en Derecho y casi desde mi llegada al C.B.T.a. he estado trabajando las materias de Taller de Lectura y Redacción y, ahora con la Reforma, Lectura, Expresión Oral y Escrita.

En un principio no estaba en mis planes el dedicarme a la docencia, ni siquiera a la abogacía, la verdad es que yo quería estudiar psicología o letras, pero por cuestiones de cupo no pude concretar ese deseo. Estudie Derecho, que la verdad no me gustaba mucho y cuando terminé la carrera una amiga me comentó que en el C.B.T.a. de Moyahua, mi pueblo natal, requerían un profesionista en alguna área social. Así que llevé mi currículum y al poco tiempo me llamaron. Eso fue hace siete años y créanme siento como si hubiese sido ayer.

Analizando el texto del Maestro José M. Esteve “la aventura de ser maestro” veo con una nueva perspectiva mi escrito anterior, efectivamente se me pasó comentar el pánico que sentí en mi primer día de clases. Mi primer grupo cursaba el sexto semestre, comencé en marzo, sustituyendo a un maestro y todos, eran mas grandes (físicamente) que yo, y uno de esos grupos a los que les llaman difíciles. Elegí la vía alegre y comencé y sigo disfrutando la docencia, aunque efectivamente es difícil establecer la justa medida entre lo escrupuloso y lo laxo.

Empecé con una clave de quince horas y trabajaba cuarenta, porque quería quedarme y porque el ambiente me agradó. Me dieron la oportunidad de trabajar en el área de lectura y eso para mí fue como sacarme la lotería. Una afortunada coincidencia, ya que ese había sido mi sueño de estudiante.

Creo que esta profesión es de mucha entrega y sacrificio pero también ofrece muchas satisfacciones. Me enorgullece profundamente el trabajar en esta área y definitivamente no pude tener mejor suerte. El trabajar con jóvenes de esta edad implica la necesidad de estar siempre preparados y en sintonía para no perdernos en esa brecha generacional. Creo que la empatía es sumamente importante en el trabajo con jóvenes, no perder de vista su circunstancia y el papel que jugamos en su formación. Esta circunstancia la describe Esteve en el problema de maestros de secundaria que es muy similar al nuestro en el bachillerato. El hecho de no estar preparado para enseñar y en circunstancias mas delicadas extremas el hecho de que habemos abogados enseñando lectura, administradores dando computación. Agrónomos impartiendo matemáticas, ya que por el sistema mismo nos vemos prácticamente obligado a servir de comodín y hay que obviamente, prepararse en la multidisciplinareidad, ya que, si bien somos hombres del medioevo por preparación profesional, en nuestro subsistema también somos renacentistas por las necesidades de personal de las escuelas.