Reflexiones
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El Dr. Xavier Vargas, maneja muy acertadamente los conceptos: competencia, aprendizaje, aprendizaje situado y aprendizaje significativo.Para comenzar, el término competencia, ha sido polémico precisamente porque su origen se remite al ámbito laboral, dado que hay un distanciamiento abismal entre los postulados de las universidades y los requerimientos de la empresa. “una ideología, la de la competencia académica, está siendo desplazada por otra: la de la competencia operativa…el interés de la sociedad –si no el del ámbito académico- se inclina hacia formas de conocimiento que tienen un valor de uso en el mercado del trabajo…”.[1] El primero ha sido vapuleado por su orientación humanista, el segundo cuestionado por su naturaleza individualista, orientada a la obtención de resultados, el justo medio es la competencia, entendida como la capacidad de actuar eficazmente en una situación específica, capacidad apoyada (que no basada) en conocimientos[2].
En cuanto al aprendizaje significa, en el ámbito escolar, que el estudiante incorpora a su acervo personal nuevos contenidos, dejarlo hasta ahí sería superficial, lo complementaríamos con que estos contenidos lo ayuden a construirse como personas, a su transformación como sujetos, situación que no siempre se da en nuestras clases, para desgracia de nuestros estudiantes.
De esto último partimos para abordar el aprendizaje significativo donde los nuevos contenidos se intercalan con los anteriores, adquiriendo por ello pertinencia y significado, volvemos con ello a su retroalimentación y por ende a su transformación.
En cuanto al aprendizaje situado, que no necesariamente tiene que ver con el lugar, sino con el interés que el estudiante tenga en aprenderlo, si es algo que podemos observar, dado su presencia o su carencia, en nuestros planteles con las particularidades de cada uno de ellos. Podríamos invertir el ejemplo del Boeing, con un estudiante de física avanzada, que tiene interés por ella, tiene aptitud, pero no dispone de un laboratorio o lugar donde experimentar u observar, ahí recurriremos a las habilidades del maestro, a la imaginación del estudiante, recordando que “no todo sitio es un lugar físico y concreto, ni toda acción humana es simple actividad”[3]
En un primer momento, el autor cuestiona la visión estrictamente académica, posteriormente analiza el enfoque operativo, laboral e individualista, que de seguir la tendencia actual podría convertirse en una formación automatizada y eficiente para ganar.
Si el estudiante se dedica a repetir los contenidos conceptuales de una asignatura, difícilmente podremos afirmar que ha aprendido algo, sin embargo tradicionalmente se ha aceptado de esa manera, al a que el autor llama trivial o superficial “si los alumnos pueden reproducir los contenidos en los términos que el maestro dice haberlos mediado, se da por exitoso el proceso; poco importa la modificación estructural y por tanto personal ocurrida en el alumno como consecuencia de esa relación educativa”[4]
. La naturaleza profunda del aprendizaje se da proporcionalmente en la medida que el ser humano se transforma.
El maestro puede facilitar las herramientas físicas bajo el supuesto de lo que el estudiante necesita, pero si escucha y responde a las necesidades cognoscitivas del mismo, desde sus habilidades profesionales, entonces si se podría hablar de mediación.
¿Es posible el aprendizaje no-significativo? El ejemplo tan aparentemente sencillo que nos da el autor, pone en entredicho lo que hemos aceptado como una regla: que si es memorístico y puramente informativo en consecuencia no es significativo. Es significativo en tanto proporcione al estudiante la posibilidad de cambiar una realidad o que simplemente sea de su interés. En cuanto a la pregunta de si es posible el aprendizaje no significativo, en los términos aquí planteados, no sería posible, porque hasta aprobar la materia es importante para el estudiante y para algunos es lo único.
El autor articula las nociones que problematiza de la siguiente manera: Si la competencia es la capacidad de de actuar de manera eficaz en un tipo definido de situación, capacidad que se apoya en conocimientos que tuvo que haber aprehendido, pero que no se reduce a ellos y que debe ser de su interés, por tanto significativo y situado
¿Por qué el corazón del proceso enseñanza-aprendizaje se ubica en la acción? ¿Es por sí misma suficiente? ¿Por qué? Porque la palabra proceso, en si misma encierra una “acción” y es ahí donde se vuelve observable. Es importante, más no suficiente ya que el lenguaje es motivador, comunicativo e inherente al ser humano.
El discurso verbal es parte sustantiva de la acción, en el principio fue el verbo, la palabra, la comunicación en si misma, para emprender una acción requerimos pensar y externar, lo hacemos siempre a través de la palabra, sin el difícilmente podríamos siquiera ponernos de acuerdo para hacer, estamos hablando de competencias comunicativas.
Aprehender lleva en si misma la acepción de: asir, coger, tomar, en fin de la apropiación de algo, en este caso el conocimiento dentro de una realidad, una circunstancia y llevarlo a si mismo.
[1] Ronald Barnett, Op. cit., en Vargas Xavier, p. 23
[2] Vargas, Xavier, (2005) El aprendizaje y el desarrollo de las competencias.
[3] Ibid.
[4] Ibid.
